Navegando la Ansiedad Existencial: El Poder del Re-encuadre en tu Propósito

El miércoles 11 de junio, en la quietud de mi hogar, me encontré con una compañía inesperada: una ansiedad profunda que buscaba comunicar algo esencial. No era el miedo paralizante, sino una invitación, una voz sabia que emergía desde lo más profundo, mientras me enfrentaba a preguntas sobre mi existencia, propósito y significado.

La Conversación Interior: ¿Por Qué Estoy Aquí?

Por mucho tiempo, estas preguntas fundamentales—¿por qué existo?, ¿cuál es mi propósito?, ¿qué significa todo esto?—han sido un faro en mi búsqueda personal. Su aparente ausencia, o la desestabilización que generan, a menudo me han empujado a un estado de inseguridad, perturbando mi paz interior y exigiendo una conversación honesta.

Mi psique pulsaba con una intención aún no del todo clara, pero que, en ese momento de baja energía y espacio sereno, encontró el ambiente propicio para manifestarse. A veces, es precisamente en nuestra vulnerabilidad cuando estas emociones más profundas logran romper nuestras defensas conscientes y nos obligan a escucharlas.

Con la humildad de quien busca guía, me pregunté: “¿Qué debo hacer ahora? ¿Sucumbir al miedo que estas cuestiones existenciales infunden, o, por el contrario, enfrentarlas para explorar la verdad que se anuncia desde mi interior?”

Entre ambas opciones, la elección se hizo evidente: prefería cargar voluntariamente con aquello que reclamaba mi atención. Hay una sabiduría inherente en reconocer que no podemos huir de nuestro propio destino, de aquello que está en nosotros navegar para extraer las respuestas que nos ayudarán a cumplir nuestro propósito en esta tierra, sea cual sea.

La Gran Pregunta Equivocada

Cuestionar la existencia con preguntas del tipo: “¿De qué se trata todo esto?” Solo me deja la misma respuesta: “No lo sé.”

Durante años, exploré y busqué las respuestas en grandes aspiraciones, esperando que justificaran o dieran sentido a mi paso por este mundo. A pesar de buscar, no encontré respuestas claras. Fue entonces cuando me di cuenta de algo importante: ¿Y si la pregunta que me hacía no era la adecuada?

La idea subyacente de que nuestra existencia debe ser justificada, ¿ante qué, exactamente?, es un peso que muchos cargamos. Sé que en mi naturaleza el propósito es algo fundamental; es lo que nutre de sentido mi actuar, brindándome dirección y el piso psicológico para progresar. Pero, aún así, me descubrí persiguiendo “humo”, sin encontrar lo que realmente buscaba, lo que profundizaba mi angustia.

Han sido muchas las veces en que me sentí profundamente perdido, hasta los huesos. Como me señaló un maestro durante una terapia, Don Eduardo: “Tu angustia es existencial, y quizás, la más importante que necesitas reconocer y navegar ahora.”

El Poder del Re-encuadre: La Nueva Pregunta Vital

Para que esta conversación conmigo mismo tomara dirección y no se limitara a dar vueltas en círculo, necesité definir una pregunta que realmente satisficiera mis deseos y me permitiera mirar hacia el futuro, y mi propia existencia, con mayor estabilidad y tranquilidad.

¿De qué podría tratarse esta nueva pregunta? De una que me permita conectar profundamente con el presente, a disfrutar de mi propia experiencia de vida, porque cada aliento que inhalo no es más que un milagro. De otra forma, ¿cuál podría ser la respuesta? Solo la inmovilidad, como han demostrado algunas personas que, al verse desnudas ante la realidad, no encuentran ningún motor que las movilice a seguir adelante.

Volviendo entonces a mi pregunta vital para este nuevo tramo de mi vida: una que responda a la idea de que mi existencia necesita justificarse para poder Ser.

A pesar del cansancio en mis ojos y la resistencia de mi cuerpo, mi instinto me llamó a esto, y me propongo atenderlo. Sé que es más importante que mi agotamiento en este instante. Es el camino hacia la verdad y el propósito genuino.

Mis Reflexiones Finales:

Mi viaje interno, similar al que muchos experimentamos, es un punto de partida inquietante pero poderoso para mi propio crecimiento. Desde la logoterapia y el coaching, entiendo que no se trata de encontrar una única “respuesta” preexistente a la vida, sino de re-encuadrar mis preguntas. Cuando cambio las preguntas que me hago, cambio las respuestas que encuentro y, por lo tanto, mi realidad.

  • En lugar de preguntarme “¿Cuál es mi propósito y cómo lo justifico?”, prefiero preguntarme: “¿Qué me inspira hoy? ¿Qué pequeño paso puedo dar para experimentar más plenitud en este momento? ¿Cómo puedo contribuir con lo que soy, aquí y ahora?”
  • El miedo existencial se puede transformar en un motor para una introspección valiente y necesaria. Mi propia experiencia es un testimonio de cómo la ansiedad puede ser una señal más que un enemigo; una voz interna que invita a profundizar, no a huir.
  • La reflexión ayuda a iluminar estas conversaciones internas, a estructurar la búsqueda y a definir acciones que, aunque pequeñas, nos permiten anclarnos al presente e impulsarnos hacia adelante, cultivando un sentido de propósito que surge de nuestra vivencia, no de una definición preestablecida, que suele regalar solo un consuelo momentáneo antes de exigirnos dar con nuestras propias respuestas.

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